Es durante esta etapa, la niñez, cuando comienza a configurarse nuestra personalidad a través de la exploración de nosotros mismos, los demás y el ambiente.
Se van adquiriendo herramientas, capacidades y habilidades que más tarde serán vitales para saber manejarse en el mundo adulto.
Es la etapa de mayor desarrollo cognitivo, emocional y físico, por lo tanto, es normal que comiencen a surgir emociones o pensamientos que no se sepan gestionar o entender.
Al mismo tiempo, como padres, podemos vernos igual de desbordados frente a la alta exigencia que supone la crianza de los hijos, puede que sintamos miedo e inseguridad con respecto a cómo educar a nuestros hijos y que nos preguntemos si estamos siendo demasiado permisivos o demasiado exigentes.
Puede que no entendamos ciertas reacciones emocionales y que no sepamos comunicarnos con nuestros hijos o cómo tenemos que actuar frente a una situación de bullying.
Todos estos escenarios son normales, por lo tanto, es posible que en un momento dado necesitemos ayuda para poder gestionar todas estas dificultades.
Desde el Centro de Psicología Godino Psicólogos trabajamos con el niño, ayudándole a gestionar su mundo interior y dotándolo de herramientas para poder hacer frente a este reto que supone el desarrollo.
También trabajamos con la familia, para poder abordar cualquier dificultad para que el sistema familiar cuente con el equilibrio y armonía necesarias para una adecuada crianza y calidad de vida familiar.
Consúltanos si observas alguna de estas señales en tus hijos:
• Cambio repentino de la conducta
• Empeoramiento significativo en el rendimiento escolar
• Dificultades en la lectura y en la escritura
• Empeoramiento repentino del rendimiento escolar
• Aislamiento de sus compañeros de clase, familiares o amigos
• Hiperactividad
• Impulsividad excesiva
• Tristeza
• Decaimiento
• Irritabilidad
Problemas con el control de los esfínteres
• Negativa a comer
• Miedos
• Pesadillas
• Problemas de aprendizaje o de atención
• Llamadas de atención de los tutores del colegio
• Falta de atención
• Ansiedad ante la separación con los padres
• Muchas “manías” u obsesiones